Olvido
Estoy
acorralado, no hay forma de que escape… ¿Así es como voy a morir? ¿Cómo es que
terminé aquí? Una situación tan surrealista… ¿Qué pasó?... Supongo que debo
empezar desde el principio para recordar…
Me levanté temprano, alrededor de las 7 de
la mañana. Hice lo usual: darme una ducha, desayunar, etcétera. Una mañana
normal, para ser sincero. Repentinamente algo se salió de lo habitual, el
teléfono estaba sonando, a pesar de que nadie me llama por lo general. No soy de
muchos amigos.
-¿Diga?. Hablé
un tanto confuso.
Hubo un gran
silencio, no se escuchaba absolutamente nada del otro lado del teléfono, ni
siquiera una respiración.
.¡¿Hola?!
¡¿Hay alguien ahí?!. Esta vez, hablé con un tono más desesperado, este tipo de
situaciones siempre me ponían los pelos de punta.
De repente,
se oyó un fuerte disparo, un sonido más ensordecedor que el silencio mismo,
aquella vos que anunciaba la mudez de la muerte. Irónicamente, es el estruendo
que corta la misma quietud y produce otra eterna.
Me sorprendí ante aquel brusco golpe
auditivo, en el momento, no supe cómo reaccionar: ¿Debía gritar? ¿Debía
advertir a alguien? A pesar de estar en un pequeño estado de shock, en mi
interior estaba completamente calmado; como si aquello que acababa de ocurrir
fuera algo normal, cotidiano. Algo dentro de mi conciencia me decía
“tranquilízate”, “no es nada por lo que debas preocuparte”. Gradualmente fui
ignorándolo, creyendo que no era algo merecedor de mi atención. Me dispuse a
colgar el teléfono, el cual había ignorado por mis pensamientos, cuando,
repentinamente, de este se oyó una voz. Era grave e intimidante, aun así, no
había ni pizca de duda o nervios en ella, era completamente serena. “Iremos”,
dijo con tranquilidad. “Supongo que entiendes el porqué, ¿no? Después de todo,
ni siquiera tú te has perdonado por lo que has hecho, espero que lo comprendas
y te avergüences de tus acciones… si es que tienes tiempo para hacerlo” Después
de eso, no dijo nada más. El sonido del teléfono acompañaba mis desordenados
pensamientos, no podía estar más confundido en ese momento. Debía escapar, eso
estaba claro, pero todavía no entendía de qué había hablado aquel sujeto. Aun
en la confusión, agarré las llaves de mi apartamento y salí a la calle, caminé
por varios minutos hasta que llegué a un callejón. Sinceramente, si alguien me
preguntara por qué había terminado en aquel inoportuno lugar, no sabría
responderle.
Ese callejón… Un horrible sitio en el que
todavía se podían percibir rastros de sangre, sangre derramada por inocentes.
Y, esta vez, sería esparcida por mi persona.
Varias personas salieron de la nada,
acorralándome y apuntándome con sus armas. Así es como llegué aquí, en un día
tan normal como podría parecer este, mi muerte ya estaba decidida.
Uno de los hombres da un paso adelante y me
encara. Por su aspecto, puedo decir que es el líder. Es de constitución más
bien grande, tez algo morena y con su mirada parece que podría matar a alguien.
Luego de estar un rato callado, comenzó a hablar:
-Bueno… ¿Te has arrepentido de lo que has
hecho en tu camino hasta aquí?
-¿L-lo que hice? ¿De qué estás hablando? No creo
que haya hecho nada para enfadar a alguien como usted
-¿Estás intentando hacerte el
idiota? Lo que hiciste no es algo de lo que puedas libarte así como así…
Ninguna de las DOS cosas que hiciste.
¿Dos cosas que hice…? ¿De qué está hablando este sujeto?
-En fin, no me importa si estás consciente de
ello, aun así, no te libraría de tu destino. Pero, ¡eh! Tienes algo por lo que
alegrarte, por lo menos morirás en el mismo lugar que ella, como una historia
trágica de romance.
¿Ella? Espera…
¿No será…?
-Adiós,
David. Espero que logres encontrarte con tu amada.
¿…Ya…el…?
En ese mismo
instante, recordé todo lo que pasó: mi trabajo con la mafia, el accidente de mi novia... "Lo que yo hice", y el momento en el que culpé a la organización con la que trabajaba por lo que pasó. A
pesar de haberle disparado, yo pensaba que había sucedido por culpa de ellos,
“Si tan solo no te hubieran involucrado” me dije, tratando de convencerme de
que no era culpable. Al parecer fue ahí cuando perdí mis recuerdos, había perdido a alguien tan importante para mí y el que yo lo hubiera causado me produjo un gran shock, el cual hizo que suprimiera mis recuerdos inconscientemente.
Mientras recuperaba mis recuerdos y empezaba a darme cuenta de lo desdichado que había sido, un ente idéntico a mí apareció. Estaba mirándome fijamente, sonriendo, como si dijera “Te lo
mereces”. Creo que escuché de este fenómeno en algún lado, ¿Es esto a lo que
llaman “Doppelgänger”? “El doble fantasmagórico de una
persona. Si alguien ve a su propio doble, morirá”. En ese mismo instante veo que el líder de la mafia saca su pistola. Supongo que después de todo es aquí donde voy a morir, ¿eh? Solo he sido un cobarde que ha intentado escapar de su propia realidad, así que este parece un final digno para alguien como yo: "Me lo merezco".
Es una pena que no pueda ir al mismo lugar que vos, Yael, por lo menos recibiré el castigo que me merezco... Se oye un estruendo, silencio, otra vez.
Bien, Mayra. Mejor el final, a pesar de que todavía hay algunos errores...
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